Familias enteras llegaron durante la noche y madrugada a bordo de vehículos para apartar su lote

Por: El Mañana de Reynosa
Aprovechando la noche y el reciente desmonte en el margen norte del dren Río Bravo, un grupo de acaparadores de terrenos se apostó en el acceso de la brecha 112 hacia el fraccionamiento Azteca, una zona que actualmente es habilitada por las autoridades.
Fue durante la noche del martes 4 y la madrugada del miércoles 5 de febrero cuando los llamados “paracaidistas” ocuparon terrenos contiguos al dren, aprovechando que la mayor parte del trabajo ya había sido realizado por maquinaria pesada.
Armados con herramientas como azadones, machetes, palas y talaches, comenzaron a limpiar y marcar sus espacios.
“No grabes”
Durante un recorrido por la zona, este medio constató la presencia de numerosas familias despejando lotes de diversas dimensiones dentro de esta área federal, que está bajo la jurisdicción de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Aunque algunos invasores se mostraron animados y en un ambiente festivo, en un momento la situación se tornó tensa, exigiendo en tono agresivo que se dejara de grabar.
Los ocupantes evitaron dar detalles sobre quién los incitó a tomar los predios o si existe un líder detrás de esta invasión, sin embargo, se observó que muchos llegaron a bordo de vehículos, desde automóviles hasta camionetas de doble cabina.
Fiesta y disputas por terrenos
En el sitio se improvisaron casas de campaña y asadores para preparar la cena, mientras grupos de música regional mexicana amenizaban la noche, sin embargo, con el paso de las horas, más personas llegaron con la intención de apropiarse de un pedazo de tierra, lo que generó enfrentamientos entre los propios paracaidistas por los últimos lotes disponibles.
Al tratarse de una zona de competencia federal, el desalojo de los invasores podría ser un proceso complicado. Lo que en un inicio fue un proyecto para conectar la brecha 112 con los asentamientos más poblados de la cabecera municipal, ahora se ha convertido en un problema social má